- 20/09/2021

¿Por qué tengo la piel deshidratada tras el verano?

Largas horas bajo el sol, más parte de la piel al descubierto, vacaciones fuera de casa que nos hacen salir de la rutina de belleza diaria, etc. Durante el verano, nuestra piel sufre un desgaste que es difícil evitar. Este desgaste es causado principalmente por el sol que favorece el envejecimiento de la piel, algo que se manifiesta en forma de manchas, arrugas, piel reseca. Para evitar este envejecimiento cutáneo, mantener una correcta hidratación de la piel después del verano se convierte en una tarea que debes tener siempre en cuenta. 

No es ninguna novedad que nuestra piel sufre durante el verano, un periodo en el que habitualmente se ve expuesta a numerosas agresiones para las que no está preparada. Este año, además, tiene la particularidad de que no hemos vivido un periodo de fotoadaptación, por lo que nuestra piel ha sufrido un cambio brusco cuando se ha visto de nuevo expuesta al exterior. Además, el uso de mascarillas también ha sido y es un factor negativo para nuestra piel. 

El efecto negativo de las mascarillas en nuestra piel

En primer lugar, al estar las mascarillas fabricadas de materiales sintéticos y con un acabado rugoso tirando a áspero, hace que nuestra piel puede llegar a irritar al contacto prolongado.

Además, estos materiales sintéticos de las mascarillas, con el calor de la epidermis, pueden liberar formaldehído o dihidrocianobutano, culpables de que se cree una sensibilidad y tendencia a la irritación. Estos componentes, en contacto con la piel acalorada y húmeda, llegan a producir dermatitis. Una inflamación más o menos importante y duradera que produce molestias estéticas y picor. Pero si el contacto es reiterado, y muy permanente, puede llegar a complicarse con otras patologías dermatológicas.

La piel, bajo una constante humedad y calor, tiene tendencia a pequeñas infecciones de hongos y bacterias como la folliculitis. En cualquier caso, tenemos que proteger la piel de esa hostil combinación que supone el verano, unido al estrés, contacto con materiales químicos potencialmente irritantes, y una sobrecarga de calor y humedad.

¿Cómo evitar daños en la piel por las mascarillas?

Uno de los primeros pasos que aconsejan nuestros especialistas es que las personas mantengan su piel limpia, bien hidratada y que las cremas de barrera se apliquen al menos media hora antes de ponerse las máscaras.

Otra sugerencia es aliviar la presión de la máscara cada dos horas. Es decir, irse a algún lugar seguro que permita el distanciamiento con el resto de personas y, quitarse la mascarilla durante unos minutos y aprovechar para limpiar la piel de toda la zona facial.

También es recomendable tener en cuenta el tipo de máscara. Es mucho mejor evitar los materiales sintéticos y elegir mascarillas de algodón (en el caso de que se trate de una mascarilla de tela). El problema es que estas filtran menos los gérmenes, por lo que sería necesario que incluyan un filtro extra además de la tela.

¿Por qué noto una pérdida de hidratación?

Esta falta de hidratación se produce por diferentes motivos. Lógicamente, la exposición solar es uno de los principales factores, aunque no el único. Las altas temperaturas, la sal del mar o el cloro de la piscina son otras de las agresiones que afectan a la hidratación de nuestra piel.

Si nos enfocamos en la exposición solar, la radiación cuando llega a nuestra piel daña sus componentes principales. Altera las fibras de colágeno, proteínas de soporte que pierden su capacidad para fijar el agua a la piel, lo que se traduce en pérdida de firmeza. También daña la estructura del ácido hialurónico que forma parte de nuestra piel de manera natural y afecta a los lípidos de la barrera protectora de la piel. Esta alteración de la barrera cutánea aumenta la pérdida de agua transepidérmica.

Durante y tras este periodo se recomienda, por lo tanto, recurrir a activos que ayuden a evitar esta deshidratación de la piel.

¿Cómo hidratar tu piel después del verano?

  1. Utiliza productos hidratantes

Aunque pueda parecer obvio, el uso de productos que hidraten tu piel en profundidad es nuestro principal consejo. Una buena crema hidratante ayudará a tu piel a recuperar la hidratación perdida durante la época estival. Te recomendamos el uso de cremas que tengan como principios activos ácido hialurónico o ácido glicólico ya que además de aportar una hidratación profunda de la piel ayudan a prevenir los signos de la edad. Si quieres complementar la acción de tu crema hidratante de uso diario, puedes aplicarte una mascarilla hidratante una vez por semana.  

La hidratación de la piel es importante no solo para personas adultas, con el calor, la hidratación y protección de los más pequeños es fundamental. Para ello ISDIN propone su agua dermopediátrica perfumada y sin alcohol de Baby Naturals que mantendrá la piel de tu bebe hidratada durante 4 horas. Por otro lado si a la vez de hidratar quieres reafirmar, dar luz a tu piel y unificarla, prueba las ampollas Martiderm con proteoglicanos, vitamina C-Tech y Spectrum Complex que cuidan las necesidades actuales de la piel, con pigmentos de color para un acabado perfecto.

  1. Lleva a cabo una limpieza facial

Para limpiar tu piel en profundidad tras los excesos del verano, puedes acudir a un centro de estética para que te hagan una limpieza facial, o bien, hacer una o varias exfoliaciones en casa con un exfoliante suave que mime tu piel. De este modo, eliminarás las células muertas y ayudarás a que tu piel incorpore con más facilidad los tratamientos hidratantes que le apliques.   

  1. Cuida tu dieta

La buena hidratación de la piel empieza desde dentro del organismo y se consigue siguiendo una dieta saludable y equilibrada. Especialmente, te recomendamos tomar diariamente varias piezas de fruta y verduras ya que las vitaminas que contienen son de gran ayuda para la recuperación de los efectos agresivos del verano, Tampoco debes olvidar beber suficiente cantidad de agua al día (unos dos litros). Si no eres muy fan del agua puedes tomarla en forma de infusiones, zumos, batidos... ¡Así que no tienes excusa!   

4.- Protege tu piel del sol. 

La mejor manera de prevenir una quemadura solar es evitar exponerse al sol. Evita la exposición al sol del mediodía (de 10 de la mañana a 4 de la tarde), que es la luz solar más fuerte. Busque sombra si necesita estar al aire libre. Si no puede evitar estar al sol, use un protector solar para ayudar a proteger su piel mientras está al sol. El Fotoprotector de ISDIN, Fusión Water Urban, protege la piel del daño oxidativo inducido por la polución urbana y ofrece una protección reforzada frente a UVA y Luz Azul. Su textura ultraligera de absorción es tan inmediata que no deja residuo. Es una base ideal de maquillaje.

Asegúrese de leer la información que aparece en la etiqueta del protector solar sobre el valor del SPF y cuánta protección le da a su piel. Siga las instrucciones en la etiqueta para aplicar el protector solar de modo que sea lo más eficaz para proteger su piel de los rayos ultravioleta del sol.

  1. Trata a toda tu piel por igual

La piel del rostro suele ser la que más nos preocupa y es sobre la que dedicamos más tiempo y cuidados. Aun así, no debes olvidar que el paso del verano ha afectado también a las otras zonas de tu piel y que todo tu cuerpo, en general, necesita un plus de hidratación. Zonas a las que debes prestar una especial atención son las manos (tan expuestas al sol y a agresiones externas como el rostro) y los pies (el uso de sandalias o el caminar descalzo por la playa durante el verano hace que estén más expuestos a agresiones externas).   

A todos estos efectos, hay que añadir la situación mental que no ayuda: la pena, la ansiedad, la tristeza y la falta de ánimo dejan una huella marcada en la piel, pelo y uñas, activando determinados cuadros, como la pérdida de pelo, las dermatitis y las foliculitis. Esta situación está dando lugar a que los efectos del verano en la piel sean más visibles este año. Los fototipos más oscuros pueden presentar una mayor tendencia a la aparición de manchas en verano y, las pieles menos protegidas, signos de envejecimiento más visibles, como arrugas o falta de firmeza. Sin embargo, la falta de hidratación se manifiesta como una de las consecuencias más extendidas, afectando a todo tipo de pieles, fototipos y edades.