Cuidado de la salud - 16/07/2018

¿QUIERES SABERLO TODO SOBRE EL HERPES LABIAL?

¿QUIERES SABERLO TODO SOBRE EL HERPES LABIAL?

El herpes labial es una enfermedad contagiosa causada por el virus del herpes simple.

Podemos distinguir el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1) del virus del herpes simple tipo 2 (VHS-2). El VHS-1 se transmite principalmente por contacto de boca a boca y causa infecciones en la boca o a su alrededor (herpes labial). El VHS-2 se transmite casi exclusivamente por vía sexual y provoca infecciones en la zona genital o anal (herpes genital). Sin embargo, el VHS-1 también puede transmitirse a la zona genital por contacto bucogenital.

Tampoco debemos confundir al herpes simple con el herpes zóster (conocido popularmente como culebrilla), que es la manifestación tardía del virus de la varicela, es decir, quien ha sufrido varicela, puede sufrir con los años, un herpes zóster. Se trata del mismo virus que después de quedar años inactivo en los nervios del cuerpo, se reactiva  y produce lesiones dolorosas asociadas a una localización nerviosa y similares a quemaduras en forma de pequeñas vesículas por regla general en el tórax.

Lo que todos conocemos sobre el herpes labial es que la persona que lo padece presenta una serie de lesiones en los labios, que supuran y acaban convirtiéndose en costras, aunque este virus también puede afectar al interior de la boca (encías, paladar, parte interna de las mejillas), nariz, resto de la cara y cuello.

 

Pero, ¿cómo nos contagiamos con este virus?

Muchos de vosotros intuiréis que el contagio se produce por contacto directo con las lesiones que presenta una persona infectada, por ejemplo a través de un beso. Pero esta forma de contagio no es la más frecuente ya que el virus se transmite también a través de la saliva o gotitas de saliva y al compartir objetos de uso personal con una persona infectada (vasos, pajitas, pintalabios, toallas…), aun cuando no presente estas lesiones tan claras, si bien la carga viral existente en la cavidad oral aumenta hasta mil veces, en presencia de las mismas.

Pero si nos remontamos un poco más atrás en el tiempo, debéis saber que esta infección tan común, suele tener su origen, o lo que llamamos primoinfección, en la infancia y con síntomas un poco más graves. El paciente puede presentar fiebre, dolor de garganta, gingivitis, faringitis o amigdalitis y no necesariamente las típicas lesiones en los labios. El proceso puede durar hasta un máximo de dos semanas y cura espontáneamente.

Esta primoinfección no siempre se asocia al virus del Herpes Simple tipo 1 ya que pueden pasar años hasta que el virus se manifieste nuevamente en forma de estas lesiones labiales que todos conocemos. El virus queda así acantonado en las células nerviosas del organismo esperando a que se den las condiciones más adecuadas para manifestarse de nuevo.

 

Entonces, ¿cuáles son las causas que despiertan a este virus tras una primoinfección?

Fundamentalmente las lesiones labiales aparecen cuando bajan las defensas de nuestro organismo, como cuando nos sobreviene otra infección como un proceso catarral y usamos esa expresión tan común “le ha salido una calentura”, haciendo referencia a la aparición de las lesiones labiales tras una noche febril.

Pero también el estrés, la exposición al sol, el frío o cambios hormonales como el embarazo o la menstruación pueden ser responsables de su aparición.

En cualquier caso, las lesiones pueden aparecer varias veces al año o quizá sólo una o dos veces en la vida. En esos momentos hablamos de recurrencias y como veis su frecuencia es muy variable.

 

¿Qué fases atraviesa la sintomatología del herpes labial?

  1. Hormigueo, picor o quemazón en el labio. Este síntoma que funciona como excelente advertencia, puede aparecer entre 48 a 6 horas antes de las lesiones.
  2. Pequeña hinchazón, localizada y rojiza, frecuentemente dolorosa.
  3. Ampollas pequeñas y agrupadas, que contienen un líquido en su interior, con una carga viral muy alta.
  4. Úlcera. Al abrirse las ampollas, se forma una placa purulenta. Esta fase es la más contagiosa y dolorosa del herpes.
  5. Costra. Es la forma en que cicatriza la úlcera. A veces las costras están tan resecas que pueden abrirse y sangrar.

Todo este proceso puede durar entre siete y doce días y, para enojo de algunos, no siempre avisa con el hormigueo y picazón inicial.

 

¿Cómo podemos tratar el herpes labial?

El herpes labial cura espontáneamente tanto si se trata como si no. Hay que tener en cuenta que la infección propiamente dicha no tiene cura, es decir, el virus permanece latente en el organismo de por vida y sus recurrencias tenderán a disminuir con los años.

Pero las lesiones son molestas y cualquier remedio que ayude a paliar los síntomas será bien recibido. Veamos algunos:

  1. Pomadas a base de aciclovir. El aciclovir es un medicamento antiviral que aplicado al 5% y 5 veces al día puede ser útil durante las primeras 72 horas para controlar el virus y que las lesiones no se extiendan demasiado. Sin embargo su eficacia ha sido cuestionada.
  2. Parches. Estos apósitos no afectan al virus pero alivian el dolor y el picor. Además al ser hidrocoloides, favorecen la cicatrización y reducen el riesgo de contagio. Los más conocidos son los Parches Compeed Calenturas.
  3. Apósitos líquidos. Su mecanismo de acción es similar al de los apósitos anteriormente mencionados, ya que forman una película o barrera sobre las lesiones. Podéis utilizar Urgo Calenturas.
  4. Solución de sulfato de zinc al 0,1 %. Se ha demostrado que el sulfato de zinc (antiséptico y astringente) así formulado, precipita las proteínas superficiales de las vesículas que aparecen en las lesiones, con un efecto secante, protector y refrescante inmediato. Se aconseja aplicar esta solución en forma de fomento, es decir, empapando una gasa y cubriendo la lesión durante cinco o diez minutos. Después dejar secar al aire. Recordad que ésta es una fórmula magistral que podéis solicitar en nuestra farmacia, bajo prescripción médica.
  5. Cremas reparadoras. Adecuadas cuando la lesión está en fase de costra, la reblandecen y aceleran la cicatrización.

 

Por último, hay algunas medidas adicionales que cabe tener en cuenta:

  • No toques las lesiones y si lo haces, lávate inmediatamente las manos.
  • No te toques o frotes los ojos durante un brote.
  • No compartas objetos de uso personal durante el brote.
  • Lávate las manos con frecuencia sobre todo antes de tocar a un bebé.
  • Cambia toallas, sábanas y cepillos de dientes una vez curada la lesión.
  • Prevención: protege tus labios de la exposición solar; es la forma más eficaz de prevenir los brotes.